sábado, 30 de mayo de 2009

IGLESIAS UNIATAS

Iglesia Católica Caldea-Babilonica


LOCALIZACIÓN: Iraq, Irán, Siria, Líbano, Turquía, Israel, Egipto, Francia y EEUU

CABEZA: Patriarca RAFAEL I, Bidawid (nacido en 1922, electo en 1989) TÍTULO: Patriarca de Babilonia de los Caldeos
RESIDENCIA: Bagdag, Iraq
FIELES: 304.000


Durante el siglo XIII, misioneros católicos, mayormente Dominicos y Franciscanos, desarrollaron sus actividades pastorales entre los fieles de la Iglesia Asiria de Oriente. Estas dieron por resultado una serie de conversiones individuales de obispos y uniones efímeras, pero nunca fue formada una comunidad permanente.
A mitad del siglo XV, una nueva tradición de Sucesión Patriarcal Hereditaria, (pasando de tíos a sobrinos) tuvo lugar en el seno de la Iglesia Asiria. Como resultado de esta llamativa práctica, una familia dominó la Iglesia, y niños sin formación, ni experiencia, fueron elegidos para ocupar el Trono Patriarcal.
Cuando semejante Patriarca fue electo en 1552, un grupo de obispos Asirios se negaron a aceptarlo y decidieron forjar una Unión con Roma. Ellos eligieron al renuente abad de un monasterio, YUHANNAM SULAKA, como su propio Patriarca, y lo enviaron a arreglar una unión con la Santa Sede. A principio de 1553, el Papa Julio III, lo proclamó como el: Patriarca SIMON VIII “de los Caldeos”, y lo ordenó de obispo en la Basílica de San Pedro, el 9 de Abril de 1553.
El nuevo Patriarca regresó a su tierra natal a finales de aquel año y comenzó a iniciar una serie de reformas. Pero la oposición dirigida por el Patriarca Asirio rival, fue cruenta. Simón fue prontamente capturado por el Pachá de Amadya, torturado y ejecutado en Enero de 1555. Eventualmente el grupo de Sulaka retornó a la Iglesia Asiria de Oriente. Por mas de 200 años hubo mucha confusión y cambios de facciones tanto entre los pro-católicos, como entre los anti-católicos, luchando unos contra otros. La situación se estabilizó finalmente cuando el Papa Pío VIII, en 1830, confirmó al Metropolita JUAN HORMIZDAS, como cabeza de todo los católicos caldeos, con el título de Patriarca de Babilonia de los caldeos, con sede en Mosul.
Los caldeos católicos padecieron grandes masacres durante la I Guerra Mundial (1918), cuando 4 obispos, muchos sacerdotes y alrededor de 70.000 fieles, fueron asesinados.

La localización del Patriarcado alternó por muchos sitios durante siglos, pero ganó cierta estabilidad después de que fuera erigido en Mosul, en el año 1830. Durante 1950, se mudó a su actual sitio, la ciudad de Bagdag, después de que una gran cantidad de católicos caldeos migraran desde el Norte, hacia la ciudad capital.
La Iglesia Católica Caldea, está entroncada con la Iglesia Asiria de Oriente, y sus relaciones han mejorado espectacularmente desde la firma de un acuerdo cristológico entre el Papa y el Patriarca Asirio, en la ciudad de Roma en Noviembre de 1994. En Agosto de 1997, el Santo Sínodo de ambas Iglesias instituyeron formalmente, una comisión para el diálogo para debatir una cooperación pastoral en todo los niveles.
Los candidatos al sacerdocio de la Iglesia Católica Caldea, estudian en el Seminario Patriarcal de San Pedro en Bagdag. Hay también algunos centros ofreciendo cursos de teología para laicos en Mosul y Bagdag, y está empezando a ser considerada la propuesta de erigir una Universidad Católica en Bagdag.
Actualmente la mayoría de aquellos católicos permanecen en Bagdag, hay 10 diócesis en Iraq, 4 en Irán, y otras 4 en Medio Oriente.
La liturgia Caldea (o siriano oriental) es la usada ordinariamente, pero con aditamentos de un cierto número de costumbres latinas. El lenguaje litúrgico es el siríaco.
Los aproximadamente 65.000 caldeos en los EEUU, tienen 12 parroquias en la diócesis de Santo Tomás Apóstol de lo Caldeos, en Detroit, bajo la conducción del obispo Ibrahim Ibrahim. En otros lugares de la diáspora, los caldeos, están bajo la supervisión espiritual del Ordinario latino local. En Australia el capellán de los Caldeos es el Padre Koshaba.

IGLESIAS UNIATAS



Estructuración de las Iglesias Católicas Orientales







La ruptura entre la Iglesia Latina y Bizantina, la cual fue materializada por la mutua excomunión de los Obispos de Roma y de Constantinopla en el año 1054, no quedaría definitivamente grabada a fuego en la mente de la gente común del oriente, sino hasta el acontecimiento de dos hechos traumáticos: 1- las Cruzadas, y, 2- El saqueo de Constantinopla realizado por los latinos en 1204. Hubo al menos dos grandes intentos de Unión, que tuvieron lugar en el año 1274, en el II Concilio de Lyon, y el otro en el año 1439, durante el Concilio de Ferrara-Florencia; pero ambos fracasaron.
Posteriormente, se desarrolló en Occidente, una teología católica romana sobre la Naturaleza de la Iglesia, en la que se ponía especial énfasis, sobre la necesidad de la Jurisdicción directa del Papa sobre todas las Iglesias Locales. Esto significó que aquellas Iglesias que no estaban bajo la Jurisdicción Papal, fueran consideradas objetos de actividad misionera, con el propósito de ponerlas en Comunión con la Sede de Roma. Al mismo tiempo se desarrolló la noción de “Rito”, acordando con dichos grupos de cristianos orientales que entraban en Comunión con Roma, que podrían ser absorbidos dentro de una sola Iglesia, pero, conservando sus propias tradiciones litúrgicas y disciplina canónica.
La actividad misionera, la cual fue, en algunos casos, realizada con el apoyo de los gobiernos católicos de países con minorías ortodoxas, también fue dirigida hacia todas las Iglesias Orientales; y virtualmente segmentos de todas aquellas Iglesias se unieron a Roma. Debemos reconocer, sin embargo, que no todas aquellas uniones fueron el resultado de la actividad de los misioneros católicos. La Iglesia católica bizantina de Bulgaria, por ejemplo, fue el resultado directo de un movimiento espontáneo de ortodoxos hacia el catolicismo; y los Maronitas del Líbano, afirman que ellos jamás estuvieron sin Comunión con Roma.
Inevitablemente, aquellas uniones acarrearon un proceso de latinización, o de adopción de ciertas prácticas y actitudes propias de la Iglesia Latina. Este proceso no fue uniforme en todas las Iglesias, y se dio en diversos grados, dependiendo siempre de las circunstancias históricas y culturales de los distintos grupos. Como resultado, aquellas Iglesias muchas veces perdieron contacto con sus raíces espirituales; la Tradición Monástica, eje central de la espiritualidad ortodoxa, murió en la mayoría de las Iglesias Católicas Orientales, aunque, la vida religiosa continuó a menudo bajo la forma de congregaciones modeladas sobre las comunidades apostólicas latinas. Pero desde los tiempos del Concilio Vaticano II, se ha hecho cierto esfuerzo por revertir este proceso.
Todas estas Iglesias están bajo la Jurisdicción del Papa, a través de la Congregación para las Iglesias Orientales, uno de las tantos despachos de la Curia Romana. Esta Congregación fue creada en 1862 como parte de la “Propaganda Fide” (la cual supervisaba la actividad misionera), y, años mas tarde, en 1917, fue elevada al rango de Congregación Autónoma por el Papa Benedicto XV. Este despacho cumple la misma función, con respecto a los obispos, sacerdotes y religiosos, que otras oficinas de la Curia con respecto a los latinos.
La Congregación Oriental, también supervisa al prestigioso Instituto Oriental Pontificio, en Roma, el cual funciona bajo la dirección de los Jesuitas, y posee una de las mejores bibliotecas para los estudiosos del Cristianismo Oriental en todo el mundo.
También debemos mencionar, que en el pasado los católicos orientales, fueron llamados a menudo “uniatos”, pero este término es en la actualidad considerado por ellos como peyorativo, y por lo tanto, ya no es muy usado. (dentro de la Iglesia Romana).
La mayoría de los ortodoxos ven a estas Iglesias como un obstáculo en el camino de la reconciliación entre la Iglesia Católica y la Ortodoxa. Ellos sienten que la mera existencia de este grupo de Iglesias constituyen una negación por parte de los católicos, de la realidad eclesial de la Iglesia Ortodoxa, y que por lo tanto dichas uniones, ayudan a fomentar divisiones dentro de las Comunidades Ortodoxas Locales. La gran mayoría de los ortodoxos tienden a considerar a los católicos orientales, como ortodoxos, cuya presencia dentro de la Iglesia Católica Romana, es producto de una situación anormal, a la que se ha llegado, ya sea por medidas coercitivas, o incluso los suelen ver como católicos romanos, simulando ser ortodoxos con el propósito de confundir para hacer proselitismo en el Este.
Unos de los documentos del Concilio Vaticano II, “Orientalium Ecclesiarum” es bastante contemporizador hacia las Iglesias Católicas Orientales, afirmando en ese documento, la igualdad de las Iglesias Orientales frente a la Iglesia Latina, y se hace un llamado a estos católicos orientales a redescubrir sus auténticas tradiciones. También se afirma en el citado documento, sobre la vocación especial que los católicos orientales tienen por impulsar las relaciones ecuménicas con las Iglesias Ortodoxas.
La vida eclesial de las Iglesias Católicas Orientales, es regida de acuerdo al Código de Cánones de las Iglesias Orientales, la cual fue promulgada por el Papa Juan Pablo II el 18 de Octubre de 1990, y que rige con fuerza de ley desde el 1 de Octubre de 1991. De acuerdo al nuevo código oriental, las Iglesias Católicas Orientales se dividen en 4 categorías: 1- Iglesias Patriarcales (Iglesia Caldea, Armenia, Copta, Siriana, Maronita, y Melquita.) 2- Iglesias Archiepiscopales Mayores. (Iglesia Ucraniana y Siro-Malabar) 3- Iglesias Metropolitana Sui Iuris. (Iglesia Etíope, Siro-Malankar, Rumana y Rutenia en América) y 4- Iglesias Sui Iuris (Iglesia Búlgara, Griega, Húngara, Italo-Albanesa y Eslovaca).
Las Iglesias geco-católicas de Bielorusia, Albania, Georgia y Rusia, no poseen una jerarquía episcopal hasta el momento.
Toda Iglesia Católica Oriental Patriarcal, tiene el derecho a elegir su propio Patriarca, él es electo por el Sínodo de Obispos, y es inmediatamente Proclamado y entronizado, después de esto el nuevo Patriarca peticiona la Comunión eclesiástica al Papa.
El sínodo Patriarcal, también elige a los Obispos para las Diócesis que están dentro del Territorio Patriarcal, basándose en una lista que tiene que ser aprobada por la Santa Sede. Si el Obispo Electo no fue previamente aprobado, él deberá obtener el consentimiento del Papa después de su Ordenación Episcopal.
Un Arzobispo Mayor, es elegido del mismo modo que un Patriarca, pero su elección deberá ser confirmada por el Romano Pontífice, recién después él podrá ser entronizado. Los Metropolitanos, en cambio, son designados por el Papa, sobre la base de una lista de cómo mínimo 3 candidatos, que es enviada a Roma por el Concilio de Obispos.

La Congregación para las Iglesias Orientales, está comandada en la actualidad por el Cardenal IGNACIO MOUSSA I DAOUD, como prefecto (nac en 1923, consagración episcopal 1979, nombrado Cardenal en 1988, y prefecto desde 1991), y es secundado por el Arz. Miroslav Stefan Marusyn, en su calidad de Secretario.
Esta Congregación se encuentra ubicada en la Ciudad de Roma, en : Via della Conciliazione 34, 00120 Ciudad Estado del Vaticano.


Iglesia Católica Armenia


LOCALIZACIÓN: Líbano, Siria, Iraq, Irán, Turquía, Egipto y la diáspora
CABEZA: S. B. Nersés Pedro XIX.
TÍTULO: Patriarca de los Armenios de Cilicia.
RESIDENCIA: Beirut, Líbano
FIELES: Alrededor de 344.000 almas.
Los cruzados latinos establecieron un estrecho contacto con la Iglesia Apostólica Armenia en el siglo XII , cuando pasaron atravesando el Reino de Armenia en Cilicia en camino a Tierra Santa. Una alianza entre los cruzados y el rey de Armenia contribuyó al establecimiento de una Unión entre ambas Iglesias en Cilicia en el año 1198. Esta unión fue rechazada por los armenios que estaban fuera de la región de Cilicia, y finalizó con la posterior caída de Armenia bajo el yugo tártaro en el año 1375.
Un decreto de re-unión con la Iglesia Apostólica Armenia, “Exultate Deo”, fue publicada durante el Concilio de Florencia el 22 de Noviembre de 1439. A pesar de esto no hubo resultados inmediatos, pero este documento facilitará las bases doctrinales para el establecimiento de una Iglesia Católica Armenia muchos años mas tarde.
La actividad misionera entre los armenios, comenzó tempranamente, dirigidos en un principio por los “Frailes de la Unión”, una comunidad armenia actualmente extinguida que estaba asociada a los Dominicos, y que fueron fundados en 1320. Con el paso del tiempo, los católicos armenios, se esparcieron y crecieron llegando sus comunidades a requerir una apropiada estructura eclesial, que contara inclusive con un patriarca propio.
En 1742, el Papa Benedicto XIV confirmó a un antiguo obispo armenio apostólico, Abraham Ardzivian (1679-1749) como Patriarca Armenio de Cilicia, con asiento en el Líbano y con autoridad religiosa sobre los católicos armenios de las Prov. Sureñas del Imperio de Otomano.
En cambio los del norte seguían bajo el cuidado del Vicario apostólico latino en Constantinopla. El nuevo Patriarca tomó el nombre de Abraham Pierre I, y todos sus sucesores toman asimismo el nombre de PIERRE en sus títulos eclesiásticos.
El sistema Otomano, el cual otorgó la administración de las minorías autónomas bajo el control y dirección de sus líderes, colocó a todos los armenios católicos bajo la jurisdicción civil del Patriarca Apostólico Armenio en Constantinopla. Esto dio como resultado serias dificultades e incluso persecución a los armenios católicos hasta 1829, cuando por presión de Francia, el gobierno Otomano les otorgó el derecho de organizarse civilmente, como una comunidad diferente con un Arz. Propio en Constantinopla. En 1846, éste fue revestido con la autoridad civil. La anomalía de tener un Arzobispo con autoridad civil y religiosa en la Capital del Imperio Otomano y otro de autoridad exclusivamente espiritual en el Líbano, fue resuelta en 1867, cuando el Papa Pío IX, unió ambas sedes y mudó la residencia Patriarcal a Constantinopla.
La despiadada persecución de armenios en Turquía hacia finales de la Primera Guerra Mundial, diezmó a las comunidades armenias uniatas de aquel país: 7 obispos, 130 sacerdotes, 47 monjas y cerca de 100.000 fieles fueron masacrados. Desde entonces la comunidad armenia católica en Turquía fue drásticamente reducida, un Sínodo Armenio Católico en Roma, decidió en 1928, trasladar el Patriarcado al Líbano (Beirut), y convertir a Constantinopla (ahora Estambul) en una Arquidiócesis.

Hubo también en Rusia algunas comunidades católicas armenias instaladas alrededor del año 1828. Pío IX, estableció entonces, la diócesis de Artvin para todos los armenios católicos del Imperio Ruso en 1850. Sin embargo la oposición de las autoridades zaristas al catolicismo oriental (uniatismo) resultó en la proscripción de dicha diócesis cuarenta años mas tarde. En 1912 los católicos armenios del Imperio Ruso fueron colocados bajo el obispo latino de la distante Tiraspol. La Iglesia Católica Armenia fue totalmente suprimida durante el régimen comunista, y fue unicamente con la independencia de Armenia en 1991, que las comunidades armenias católicas resurgieron nuevamente. El 13 de Julio de 1991, la Santa Sede estableció un Ordinario para los armenios católicos en Europa Oriental, con base en Gyumri, Armenia.
En Noviembre de 1992, una reunión del Sínodo Católico Armenio tuvo lugar en Roma, para considerar las necesidades de la Iglesia en la nueva situación. En junio de 1997, ellos se reunieron otra vez en Roma para continuar la preparación de un nuevo estatuto particular de la Iglesia Católica Armenia.
Un importante ejemplo de la vida religiosa en la Iglesia Católica de Armenia, es la aportada por los Padres Mechitaristas, fundados en 1701 en Constantinopla. La Comunidad se trasladó a la isla de San Lázaro, Venecia, en 1717. En 1811 una segunda fundación de Mechitaristas fue levantada en Viena. Aquellas fundaciones cuentan con mucho tiempo de servicio dentro de la Nación Armenia a través de sus escuelas y becas tanto en Europa y en Medio Oriente.
Una confraternidad sacerdotal en Bzoummar, Líbano, tiene una extensa librería y un seminario que data de 1771. Para los Altos Estudios Teológicos fue fundado en 1883 en Roma, el Colegio Armenio.
Al día de hoy la gran mayoría de católicos armenios estan en Beirut, Líbano, y en Aleppo, Siria. Esta Iglesia tiene siete diócesis en Oriente Medio: dos en Siria y una en el Líbano, Iraq, Irán, Egipto y Turquía.
Los armenios uniatos de Gran Bretaña, Australia y Nueva Zelanda, están bajo la supervisión espiritual del Ordinario Latino local. En EEUU, los 35.000 armenios católicos forman un exarcado con 8 parroquias bajo la dirección del obispo Hovhannes Tertsakian. (110 East 12th Street, New York, New York 10003)

miércoles, 27 de mayo de 2009

Línea de sucesión Anglicana - Episcopal REFORMA B1


Línea de sucesión Anglicana - Episcopal REFORMA B1












CHARLES EDWARD CHENEY Obispo (Obispo de la Iglesia Episcopal de Reforma. Obispo ALFRED SPENCER RICHARDSON em 1879. Obispo Alfred SPENCER RICHARDSON en 1879.







Patriarca MAR León (León Chechemien) el 08 de mayo de 1890 (Arzobispo de Salsey y III Patriarca británico). Patriarca ANDREW CHARLES ALBERT MCLAGEN (Mar Andries) em 02 de Novembro de 1897 (Arcebispo de Claremon e IV Patriarca Britânico) .
Andrew Charles Albert MCLAGEN Patriarca (Mar Andries) el día 02 noviembre 1897 (Arzobispo de Claremon y británicos Patriarca IV).
Patriarca HERBERT JAMES MONZANI HEARD Patriarca MONZANI HERBERT JAMES OÍDO (Mar Jacobus II) em 04 de Junho de 1922 (Arcebispo de Salsey e V Patriarca Britânico) . (Mar Jacobus II) el 04 de junio 1922 (Arzobispo de British Salsey Patriarca y V).
Patriarca WILLIAM BERNARD CROW (Mar Basilius Abdullah III) em 13 de Junho de 1943 (Patriarca da ANTIOCH OF THE ANCIENT ORTHODOX CATHOLIC CHURCH ) . GUILLERMO BERNARD CROW Patriarca (Mar Basilius Abdullah III) el 13 de junio de 1943 (Patriarca de Antioquía de la Iglesia Católica Ortodoxa.








Patriarca HUGH DE GEORGE WILMOTT-Newman (Mar Georgius I) em 10 de Abril de 1944 (Patriarca Catholicos de Glastonbury e VI Patriarca Britânico, da IGREJA ORTODOXA DAS ILHAS BRITÂNICAS ) . el 10 de abril de 1944 (Catholicos Patriarca de Glastonbury y VI británico Patriarca de la Iglesia Ortodoxa de las Islas Británicas).




CHARLES DENNIS BOLTWOOD obispo de 06 de julio de 1956 (Obispo Titular de Thorney y Ayudar en Londres).
Bispo EMMET NEIL ENOCHS em 19 de Maio de 1963 NEIL ENOCHS EMMET obispo el 19 de mayo de 1963
Bispo FREDERICK CHARLES KING ( Bispo da REY CARLOS FREDERICK Obispo (Bishop's OLD ANTIGUA ROMAN ROMANO CATHOLIC Católica CHURCH IGLESIA ) .











ARZOBISPO Peter Martín Ngo – Dinh –Thuc. (Nombrado Patriarca para los Catolicos Uniatos Griegos en 1948)













OBISPO Moisés Carmona el 17 de Octubre de 1969.













OBISPO Guérard Des Lauriers el 17 de Octubre de 1969.









PATRIARCA GREGORIO III; Patriarca de Antioquia, Todo el Oriente, Alejandría y Jerusalén. Ordenación Sacerdotal: 15 de Febrero de 1959; Ordenación Episcopal: 27 de Noviembre de 1981.














OBISPO Fray Pío de la Transfiguración. Ofm. Cap. Ordenación Episcopal: 8 de Octubre de 2008, en Jordania por S.B. Patriarca GREGORIO III







Patriarca VIKTOR IVAN BUSA (Giovanni Vittorio Marie Busa) em 10 de Outubro de 1972 (Arcebispo de Byalistock e Patriarca da IGREJA ORTODOXA BIELORRUSSA ESLAVA ) . Patriarca VIKTOR IVAN BUSA (Vittorio Giovanni María Busa) el 10 de octubre de 1972 (Arzobispo de Byalistock y Patriarca de la Iglesia Ortodoxa BIELORRUSIA Eslava).






Arzobispo LUIZ ANTONIO DE NACIMIENTO (Mar Athanasios) em 23 de Setembro de 2002 (Arcebispo Metropolita de São Paulo e Primaz do Brasil, da IGREJA ORTODOXA BIELORRUSSA ESLAVA ) . el 23 de septiembre de 2002 (Arzobispo Metropolitano de São Paulo y Primado del Brasil, la Iglesia Ortodoxa BIELORRUSIA Eslava).




Arzobispo ALFREDO MARIO MINGOLLA-MONTREZZA (Valeriana de Sili) em 19 de Março de 2005 (Arcebispo e Eparca de Buenos Aires – Argentina, da IGREJA ORTODOXA BIELORRUSSA ESLAVA ) . el 19 de marzo de 2005 (y Eparca arzobispo de Buenos Aires - Argentina, la Iglesia Ortodoxa BIELORRUSIA Eslava).
Arzobispo PAULO JORGE DE JESUS Laureana el 22 de marzo de 2008 (Arzobispo Primado de Katholikos LA IGLESIA ORTODOXA HISPANO).

martes, 26 de mayo de 2009

PAX ET BONUM







































PAX ET BONUM


Hermanos Menores Capuchinos

"Al responder a nuestra vocación franciscano-capuchina, nos convertimos ante la sociedad en testimonio vivo de la vida tanto presente como eterna de Cristo, seguimos al mismo Cristo pobre y humilde y proclamamos por doquier su mensaje a los hombres, sobre todo a los pobres." (Constituciones Capuchinas de 1990: 14, 4) .


Hace casi 800 años el joven Francisco estaba orando delante de un crucifijo en la Iglesia de San Damián. Le pedía a Dios orientación en su vida para que pudiera responder a su amor por El. Del crucifijo, Francisco de Asís oyó una voz que le decía: "Francisco, repara mi Iglesia que se está cayendo." Francisco respondió a esa llamada viviendo el Evangelio a la letra e imitando al Cristo pobre. Otros jóvenes vieron que Francisco era un hombre de Dios, y también quisieron seguir al Señor de la misma manera. Se juntaron con Francisco y así comenzó la Orden de Hermanos Menores.
Los Franciscanos Capuchinos son hermanos, sacerdotes o no, que han decidido seguir al "Cristo pobre" como lo siguió su fundador y padre San Francisco de Asís. Inspirados por la Buena Nueva (el Evangelio), los hermanos se esfuerzan principalmente por encontrar a Jesucristo de una manera personal e íntima en una vida de oración, y buscan cómo compartir ese amor de Cristo con todos los hombres.

San Francisco estableció una regla de vida para sí mismo y para sus hermanos. Con el tiempo, un grupo de los hermanos quiso seguir esa regla más estrictamente, programando la vida con oración y trabajo y profesando una pobreza rigurosa. Estos fueron los principios de la reforma que se inició en el año 1528, dando origen a los Capuchinos como una rama de la Orden Franciscana. El nombre "Capuchino" se lo dieron los niños italianos, que comenzaron a llamarlos "cappuccini" por la capucha que tenían en el hábito.

Formación Religiosa

Los Franciscanos Capuchinos generalmente empiezan su formación como hermanos con un programa especial que se llama el POSTULANTADO. Durante el curso del postulantado se le da al candidato la oportunidad de conocer prácticamente la forma de vida de los hermanos.
Acabando el postulantado, si el candidato quiere probar nuestra vida con más profundidad, pasa a experimentar intensamente el programa del NOVICIADO. Durante este año especial, el novicio vive la vida de los hermanos, y al mismo tiempo aprende más de la historia franciscana, de la vida espiritual y de las costumbres de nuestra vida y nuestros ministerios.
Después del noviciado, los hermanos hacen los votos temporales por tres años y pasan un año de apostolado. Los candidatos para el sacerdocio siguen programas académicos y pastorales que los preparan para la ordenación sacerdotal.


Misión

Los hermanos Capuchinos difunden la Buena Nueva del Señor de varias maneras. Donde quiera que haya necesidad, ellos tratan de responder. Como parte de la tradición y herencia franciscana, nuestros ministerios son muy variados, respondiendo a las necesidades de parroquias o escuelas, a las necesidades de nuestros propios conventos, al servicio en hospitales y casas de retiros, y extendiendo el radio de acción sirviendo en otros continentes como misioneros. Dado que el desafío de la justicia y de la paz toca el corazón mismo del Evangelio, este compromiso ha llegado a ser también una de las preocupaciones de la fraternidad capuchina. Al igual que para Francisco, el Cristo pobre y su Iglesia ocupan un lugar especial para el capuchino. Por medio de nuestra vida y ejemplo esperamos demostrar a todos que Jesucristo vive y actúa en el mundo de hoy.

Los Capuchinos Hoy

Viviendo el Evangelio según la enseñanza de Jesucristo y la experiencia de San Francisco de Asís. Vestidos de hábito de color castaño, con una cuerda blanca y sandalias, nos esforzamos por ser imágines auténticas de Jesús, viviendo la regla de vida que nos dejó San Francisco.
Si tú tienes interés por la vida religiosa o te sientes llamado por Cristo a vivir la vida religiosa como uno de estos hermanos, te invitamos a conocer la vida Franciscana Capuchina. Por medio de la convivencia en comunidades adecuadas y haciendo los votos de pobreza, castidad y obediencia, los hermanos capuchinos logran responder a la llamada de Jesucristo como testigos auténticos suyos en medio del mundo, que tiene hoy tanta necesidad del mensaje del Evangelio.











Regla de San Francisco (del año 1223)

Capítulo I -
¡En el nombre del Señor! Comienza la vida de los Hermanos Menores: La regla y vida de los Hermanos Menores es ésta, a saber, guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, viviendo en obediencia, sin propio y en castidad. El hermano Francisco promete obediencia y reverencia al señor Papa Honorio y a sus sucesores canónicamente elegidos y a la Iglesia Romana. Y los otros hermanos estén obligados a obedecer al hermano Francisco y a sus sucesores.
Capítulo II -

De aquellos que quieren tomar esta vida, y cómo deben ser recibidos.Si algunos quisieran tomar esta vida y vinieran a nuestros hermanos, envíenlos a sus ministros provinciales, a los cuales solamente y no a otros se conceda la licencia de recibir hermanos. Y los ministros examínenlos diligentemente de la fe católica y de los sacramentos de la Iglesia. Y si creen todo esto y quieren confesarlo fielmente y guardarlo firmemente hasta el fin, y no tienen mujer o, si la tienen, también la mujer ha entrado ya en un monasterio o, emitido ya por ella el voto de continencia, les ha dado licencia con la autorización del obispo diocesano, y siendo de una tal edad la mujer, que de ella no pueda originarse sospecha, díganles la palabra del santo Evangelio (cf. Mt 19,21, y paralelos), que vayan y vendan todas sus cosas y se apliquen con empeño a distribuirlas a los pobres. Si esto no pudieran hacerlo, les basta la buena voluntad. Y guárdense los hermanos y sus ministros de preocuparse de sus cosas temporales, para que libremente hagan de sus cosas lo que el Señor les inspire. Con todo, si buscan consejo, que los ministros puedan enviarlos a algunas personas temerosas de Dios, con cuyo consejo sus bienes se distribuyan a los pobres. Después concédanles las ropas del tiempo de probación, a saber, dos túnicas sin capilla, y cordón y paños menores y caparón hasta el cordón, a no ser que a los mismos ministros alguna vez les parezca otra cosa según Dios. Y finalizado el año de la probación, sean recibidos a la obediencia, prometiendo guardar siempre esta vida y Regla. Y de ningún modo les será lícito salir de esta religión, conforme al mandato del señor Papa, porque, según el santo Evangelio, nadie que pone la mano al arado y mira atrás, es apto para el reino de Dios (Lc 9,62). Y los que ya prometieron obediencia, tengan una túnica con capilla, y otra sin capilla los que quieran tenerla. Y quienes se ven obligados por la necesidad, puedan llevar calzado. Y todos los hermanos vístanse de ropas viles, y puedan reforzarlas de sayal y otros retazos con la bendición de Dios. A los cuales amonesto y exhorto que no desprecien ni juzguen a los hombres que ven vestidos de telas suaves y de colores, usar manjares y bebidas delicadas, sino más bien que cada uno se juzgue y desprecie a sí mismo.
Capítulo III -

Del oficio divino y del ayuno, y cómo los hermanos deben ir por el mundo. Los clérigos recen el oficio divino según la ordenación de la santa Iglesia Romana, excepto el salterio, por lo que podrán tener breviarios. Y los laicos digan veinticuatro Padrenuestros por maitines; por laudes, cinco; por prima, tercia, sexta y nona, por cada una de estas horas, siete; por vísperas, doce; por completas, siete; y oren por los difuntos. Y ayunen desde la fiesta de Todos los Santos hasta la Natividad del Señor. Mas la santa cuaresma que comienza en la Epifanía y dura cuarenta días continuos, la cual consagró el Señor con su santo ayuno, los que voluntariamente la ayunan, benditos sean del Señor, y los que no quieren, no estén obligados. Pero ayunen la otra, hasta la Resurrección del Señor. Y en los otros tiempos no estén obligados a ayunar, sino el viernes. Pero en tiempo de manifiesta necesidad no estén obligados los hermanos al ayuno corporal. Aconsejo de veras, amonesto y exhorto a mis hermanos en el Señor Jesucristo que, cuando van por el mundo, no litiguen ni contiendan con palabras, ni juzguen a los otros; sino sean apacibles, pacíficos y moderados, mansos y humildes, hablando a todos honestamente, como conviene. Y no deben cabalgar, a no ser que se vean obligados por una manifiesta necesidad o enfermedad. En cualquier casa en que entren, primero digan: Paz a esta casa (cf. Lc 10,5). Y, según el santo Evangelio, séales lícito comer de todos los manjares que les ofrezcan (cf. Lc 10,8).Capítulo IV - Que los hermanos no reciban dinero. Mando firmemente a todos los hermanos que de ningún modo reciban dinero o pecunia por sí o por interpuesta persona. Sin embargo, para las necesidades de los enfermos y para vestir a los otros hermanos, los ministros solamente y los custodios, por medio de amigos espirituales, tengan solícito cuidado, según los lugares y tiempos y frías regiones, como vean que conviene a la necesidad; esto siempre salvo que, como se ha dicho, no reciban dinero o pecunia.
Capítulo V -

Del modo de trabajar. Los hermanos a quienes el Señor ha dado la gracia de trabajar, trabajen fiel y devotamente, de tal suerte que, desechando la ociosidad, enemiga del alma, no apaguen el espíritu de la santa oración y devoción, al cual las demás cosas temporales deben servir. Y como pago del trabajo, reciban para sí y sus hermanos las cosas necesarias al cuerpo, excepto dinero o pecunia, y esto humildemente, como conviene a siervos de Dios y seguidores de la santísima pobreza.Capítulo VI - Que nada se apropien los hermanos, y del pedir limosna y de los hermanos enfermos. Los hermanos nada se apropien, ni casa, ni lugar, ni cosa alguna. Y como peregrinos y forasteros en este siglo, sirviendo al Señor en pobreza y humildad, vayan por limosna confiadamente, y no deben avergonzarse, porque el Señor se hizo pobre por nosotros en este mundo. Esta es aquella eminencia de la altísima pobreza, que a vosotros, carísimos hermanos míos, os ha constituido herederos y reyes del reino de los cielos, os ha hecho pobres de cosas, os ha sublimado en virtudes. Esta sea vuestra porción, que conduce a la tierra de los vivientes. Adhiriéndoos totalmente a ella, amadísimos hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, ninguna otra cosa jamás queráis tener debajo del cielo. Y, dondequiera que estén y se encuentren los hermanos, muéstrense familiares mutuamente entre sí. Y confiadamente manifieste el uno al otro su necesidad, porque, si la madre cuida y ama a su hijo carnal, ¿cuánto más amorosamente debe cada uno amar y cuidar a su hermano espiritual? Y, si alguno de ellos cayera en enfermedad, los otros hermanos le deben servir, como querrían ellos ser servidos.
Capítulo VII -
De la penitencia que se ha de imponer a los hermanos que pecan. Si algunos de los hermanos, por instigación del enemigo, pecaran mortalmente, para aquellos pecados acerca de los cuales estuviera ordenado entre los hermanos que se recurra a solos los ministros provinciales, estén obligados dichos hermanos a recurrir a ellos cuanto antes puedan, sin tardanza. Y los ministros mismos, si son presbíteros, con misericordia impónganles penitencia; y si no son presbíteros, hagan que se les imponga por otros sacerdotes de la orden, como mejor les parezca que conviene según Dios. Y deben guardarse de airarse y conturbarse por el pecado de alguno, porque la ira y la conturbación impiden en sí mismos y en los otros la caridad.
Capítulo VIII -

De la elección del ministro general de esta fraternidad y del capítulo de Pentecostés. Todos los hermanos estén obligados a tener siempre por ministro general y siervo de toda la fraternidad a uno de los hermanos de esta religión, y estén firmemente obligados a obedecerle. En falleciendo el cual, hágase la elección del sucesor por los ministros provinciales y custodios en el capítulo de Pentecostés, al que los ministros provinciales estén siempre obligados a concurrir juntamente, dondequiera que fuese establecido por el ministro general; y esto una vez cada tres años o en otro plazo mayor o menor, según fuere ordenado por dicho ministro. Y si en algún tiempo apareciera a la generalidad de los ministros provinciales y custodios que el dicho ministro no es suficiente para el servicio y utilidad común de los hermanos, estén obligados los dichos hermanos, a quienes está confiada la elección, a elegirse en el nombre del Señor otro para custodio. Y después del capítulo de Pentecostés, que los ministros y custodios puedan, cada uno, si quisieran y les pareciera que conviene, convocar a sus hermanos a capítulo una vez ese mismo año en sus custodias.
Capítulo IX- De los predicadores. Los hermanos no prediquen en la diócesis de un obispo, cuando éste se lo haya denegado. Y ninguno de los hermanos se atreva en absoluto a predicar al pueblo, a no ser que haya sido examinado y aprobado por el ministro general de esta fraternidad, y por él le haya sido concedido el oficio de la predicación. Amonesto también y exhorto a los mismos hermanos a que, en la predicación que hacen, su lenguaje sea ponderado y sincero, para provecho y edificación del pueblo, anunciándoles los vicios y las virtudes, la pena y la gloria con brevedad de sermón; porque palabra abreviada hizo el Señor sobre la tierra.

Capítulo X -
De la amonestación y corrección de los hermanos. Los hermanos que son ministros y siervos de los otros hermanos, visiten y amonesten a sus hermanos, y corríjanlos humilde y caritativamente, no mandándoles nada que sea contrario a su alma y a nuestra Regla. Mas los hermanos que son súbditos recuerden que, por Dios, negaron sus propias voluntades. Por lo que firmemente les mando que obedezcan a sus ministros en todo lo que al Señor prometieron guardar y no es contrario al alma y a nuestra Regla. Y dondequiera haya hermanos que sepan y conozcan que no pueden guardar espiritualmente la Regla, a sus ministros puedan y deban recurrir. Y los ministros recíbanlos caritativa y benignamente, y tengan tanta familiaridad para con ellos, que los hermanos puedan hablar y obrar con ellos como los señores con sus siervos; pues así debe ser, que los ministros sean siervos de todos los hermanos. Amonesto de veras y exhorto en el Señor Jesucristo que se guarden los hermanos de toda soberbia, vanagloria, envidia, avaricia, cuidado y solicitud de este siglo, detracción y murmuración, y los que no saben letras, no se cuiden de aprenderlas; sino que atiendan a que sobre todas las cosas deben desear tener el Espíritu del Señor y su santa operación, orar siempre a él con puro corazón y tener humildad, paciencia en la persecución y en la enfermedad, y amar a esos que nos persiguen, nos reprenden y nos acusan, porque dice el Señor: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen y os calumnian (cf. Mt 5,44). Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos (Mt 5,10). Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo (Mt 10,22).
Capítulo XI -
Que los hermanos no entren en los monasterios de monjas. Mando firmemente a todos los hermanos que no tengan sospechosas relaciones o consejos con mujeres, y que no entren en los monasterios de monjas, fuera de aquellos a quienes les ha sido concedida una licencia especial por la Sede Apostólica; y no se hagan padrinos de hombres o mujeres, para que, con esta ocasión, no se origine escándalo entre los hermanos o respecto a los hermanos.
Capítulo XII -
De los que van entre los sarracenos y otros infieles. Cualesquiera hermanos que, por divina inspiración, quieran ir entre los sarracenos y otros infieles, pidan la correspondiente licencia de sus ministros provinciales. Pero los ministros a ninguno le concedan la licencia de ir, sino a aquellos que vean que son idóneos para enviar.Con miras a todo lo dicho, impongo por obediencia a los ministros que pidan del señor Papa uno de los cardenales de la santa Iglesia Romana, que sea gobernador, protector y corrector de esta fraternidad, para que, siempre súbditos y sujetos a los pies de la misma santa Iglesia, estables en la fe católica, guardemos la pobreza y humildad y el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, que firmemente hemos prometido.
FOTOS DE LOS FRAILES